jueves, 12 de octubre de 2017

“mamma… mamma…”

“mamma… mamma…”

El otro día observaba a mi nieto pequeño….
Llevaba dos horas diciendo “mamma” en distintos tonos de voz… y parecía un extraño e invisible diálogo. Porque se callaba, parecía que atendía a una “respuesta”… y sonreía con la misma sonrisa que mi hija, su mamá.

Y volvía a recitar su “mamma, mamma, mamma…” en distintos tonos de voz. Cariñoso, tierno y sonriendo. Y jugando con sus manos en el aire, como si fuera a coger noséqué que yo, evidentemente, no veía.

Así durante unas dos horas que parecieron una dulce comunicación entre dos.

Me ha hecho pensar…

Él no puede ver lo que yo veo… Por desgracia, no es posible.
Pero… yo veo lo que él ve…?

Ojalá estuviera viendo a su madre, mi hija.
Ojalá…

Nunca en mi vida había pensado ni dicho tantas veces la palabra “ojalá”.

Recuerdo que, cuando mi hija pequeña lloraba al dejarla en la guardería, y, según ella, “lloraba de perderme”, yo siempre le decía que jamás me perdería, porque los hijos viven siempre, siempre en los corazones de las madres. 
Y que yo, aunque alguna vez en la vida me tuviera que ir… (infeliz de mí que jamás pensé que es posible despedir a un hijo), siempre, siempre, estaría con ella, porque la llevaría en el corazón.

Cualquiera me puede llamar loca –que me da igual-, pero pienso que mi nieto estaba en contacto con el corazón de su madre, mi hija.

Esa sonrisa y esa ternura no me eran ajenas.

Y recordé mi promesa a mi hija pequeña...

“No sufras, mi niña, porque aunque un día yo me tuviera que ir muy lejos y no me vieras durante un tiempo… tú y yo estaremos siempre juntitas… porque siempre estarás en mi corazón…”.

Llamadme loca… pero ser madre es tan, tan… tan...

Vicky Manzano (Baba)

EL PAÍS DE LES FLORS



Cuando mi nieto mayor cumplió un año, mi hija mayor, su padrina y yo, le hicimos un mural de patchword con velcro, para que, moviendo piezas y jugando, aprendiera cosas sobre el sol, la luna, las estrellas, las nubes, la lluvia, las flores, el árbol… La vida.
Ayer tarde, jugamos un rato con el mural.

Un juego con una conversación, aparentemente infantil, pero, como todos los mundos de los niños, un ratito de pura filosofía dulce y magia total de sorpresas, ilusión y vida.
No creo que jamás olvide sus ojos, sus explicaciones y su forma de escuchar y entender.

La tarde parecía que quería nublarse. Y me preguntó un tanto preocupado si iba a haber tormenta.
Le dije que no creía que hubiera tormenta, pero que tenía que llover, porque los árboles necesitan agua, de la misma forma que la necesitan las plantas de su casa.
- Nosotros tenemos una manguera para regarlos Baba (Baba soy yo)- me dijo.
- Sí, pero la manguera no puede regar todos los árboles de la calle, ni todos los bosques. Y el suelo de los bosques quiere tener flores…
- Sí Baba, pero no podemos ir?
- No, amor. No podemos ir a cuidarnos de toooodos los árboles ni de tooooodas las plantas. De eso se cuidan las nubes. Moveremos las piezas del país de les flors y vamos a ver qué pasa…
- Baba… el sol también se cuida de los árboles, de las plantas y de las flores!
- Sí, cariño. Claro, pero el sol calienta mucho, y, si no llueve, las flores y los árboles tendrán mucha sed. Yo creo que deben de estar llamando a las nubes. Vamos a mover las nubes y las ponemos en el cielo? Creo que ya saben que tienen trabajo y están preparadas y llenas de agua para regar.
- Sí Baba, sí. Ponemos todas las nubes. ¿Tapamos el sol? ¿qué pasará?
- Nada mi amor. No pasará nada, porque el sol deja que las nubes se pongan delante mientras riegan, pero no se va nunca del cielo.
- Baba!!! En el cielo también están la luna y las estrellas!!!
- Sí… todos viven allí.
- Baba… viven en el cielo. Muy lejos. Mucho. Nosotros no podemos llegar. Ni subiéndonos a la escalera! Están lejísimos!
- Exacto. Muy lejos. Y nosotros no podemos llegar… al menos que yo sepa. Yo no he ido nunca al sol ni a la luna ni a las estrellas.
- Baba! Mira cuántas nubes hay delante del sol. Y debajo de las nubes ponemos las gotas de agua de la lluvia, vale?
- Claro! Tiene que llover… Mira. Las flores que estaban en el suelo ya se han ido, porque se han secado de tanto calor del sol… y al árbol se le están secando las hojas. Pero eso también es porque es otoño… y las hojas se van a la tierra, para salir nuevas en el árbol en primavera.
- Sí Baba. Yo lo sé. Ponemos todas las nubes? Todas las gotas. Que se riegue todo…

(Y pusimos todas las nubes, todas las gotas de lluvia y quitamos las flores y tapó el sol, puso la luna y las estrellas… pero había tantas cosas allí, que dos estrellas quedaron en el suelo…).

- Mira Baba: llueve!!!! Bien!!! Saldrá otra vez el sol y las flores, y el árbol estará contento!!!
- Sí! Qué bien!

(De pronto, se percató de las dos estrellas que estaban en el suelo. Y, con los ojos muy abiertos, dijo:)

- Baba!!! Hay dos estrellas en el suelo!!!!
- Oh, sí ¿sabes qué? Yo no las he visto, pero creo que, a veces, alguna estrella baja y se pone en el suelo… pero eso lo ve muy poca gente (sus ojos eran cada vez más grandes).
- Sí Baba. Siiii!!! ¿sabes qué?
- ¿Qué amor?
- Que yo (y se puso de pie para explicarlo) Yo he visto estrellas en el suelo!!!!
- No me digas!!!!! En serio???
- Sí!!!!
- Pues sabes qué? Que muy poca gente puede ver las estrellas…
- Por qué Baba?
- Porque sólo se ven con los ojos de la ilusión. ¿Sabes lo que es la ilusión?
- No… -dijo soprendido-
- La ilusión sale del amor. Cuando tú te pones muy, muy contento, se pone encima de la panxeta. A ver… cierra los ojos y ponte muy contento. Muy bien. Ahora tócate aquí, donde viven la ilusión y el amor. ¿Lo notas?
- Siiiii!!!!!! (sonrisa plena).
- Pues así, con los ojos cerrados y mucha ilusión y amor, así dicen que se pueden ver las estrellas que bajan al suelo a veces.
- Las he visto Baba!!!! (y, aquí se disparó la magia…). Y también he visto a Papá Noel!!!
 - Muy bien amor. Has visto con los ojos de la ilusión. Vamos a poner todas las flores, el sol, la luna y las estrellas y vamos a quitar las nubes.

- Sí Baba. Y, sabes qué? Que a veces en el cielo están la luna y el sol a la vez. Aunque sea de día!!
- Sí cariño. Es que son muy amigos. La luna y el sol viven juntos. Y de día, cuando sale el sol, la luna se pone a dormir abrazadita al sol, pero hay días que tiene menos sueño y no hay nubes, y se queda a jugar con el sol. Entonces los vemos a los dos. Por la noche, la luna se vuelve a poner delante del sol y las estrellas le bajan las pestañas para que el sol duerma un ratito. Por eso no hay luz de noche. Y cuando la última estrella se va a dormir, le levanta las pestañas al sol y el sol se despierta y… es de día!!!

Seguimos un ratito más… y nos desviamos del objetivo meteorológico, pero os aseguro que fue tiempo de magia de la de verdad, de la que no tiene truco, de la que está llena y llena e impregna de amor. 
De ese amor que es capaz de convertir un trozo de tela en un mundo maravilloso que hace sonreír y alimenta el corazón.
Vicky Manzano (Baba)




domingo, 1 de octubre de 2017

1-O

Felicidades, Don Mariano. Ya es 1-O. Ya es el día en el que usted pensaba que, a los catalanes, ya se nos habrían ido las "tonterías" de la cabeza.
Pero, ya sabe... los catalanes, hacemos cosas. Y hemos seguido con el tema: el referéndum.
Ilegalmente legal. Y, digo legal porque moralmente es legal manifestar el derecho a decidir. Faltaría más!!
Si este era su objetivo, lo ha conseguido.
Jamás pensé que estuviera usted tan interesado en que el pueblo catalán quisiera la independencia.
Ha sido usted el mayor promotor de la misma. ¡Qué cosa, no?
Y mire que precisamente no creo que tenga usted el don de la palabra. Ni la capacidad y la decisión para convencer a las masas.
Pero, es tan extraña la política, y lo encuentro a usted tan contradictorio... con esa manera suya de hacer sin hacer...
Porque, por una parte nos dice que no piensa tolerar que se avance hacia el objetivo. Y, por otra, no sé cómo lo ha hecho para ir consiguiendo cada vez más adeptos.
Ciertamente, tiene usted un arte muy extraño.
Creo que hoy, 1 de octubre de 2017, hemos empezado una nueva página en la historia de España.
Y creo, sinceramente, que es una historia que empieza triste.
Triste porque está pintada del color del noentendimiento entre las partes.
Usted, y ahora me dirijo sólo a usted, es PARLAMENTARIO, es decir, que su trabajo es PARLAMENTAR. Según la RAE, parlamentar es "hablar o conversar para llegar a un acuerdo o solución". Creo que queda claro.
Y usted, señor Presidente del Gobierno de España, no ha conseguido llegar a un acuerdo con la otra parte de ninguna de las maneras.
Parece ser que lo único que le ha parecido apropiado es usar la razón de la fuerza, olvidando la fuerza de la razón.
Mal señor Presidente. Mal.
Quisiera decirle que siempre he pensado que todos tenemos derecho a decir lo que queremos. Otra cosa es que lo que queremos sea legal o posible. Pero derecho a opinar... por favor Mariano...
En serio pensaba usted que un pueblo que sale a la calle, absolutamente en paz, a pedir el derecho a decidir y un año tras otro, con la paciencia del que espera con esperanza, iba a olvidarse del tema?
Pensaba que mirando usted para otro lado el tema se iba a desdibujar?
¿En serio pensaba usted esto?
Qué desastre Presidente, qué desastre!
Qué pena oír el "a por ellos".
¿Me podría decir a por quién?
¿A por los que han entregado a los Bancos el dinero que ha dado Europa para ayudar al país y han dejado a tantísimas familias en la mismísima calle?
¿A por los que están sentados en escaños, representando al pueblo y que están imputados?
Estando en alerta terrorista 4, hace falta traer tanta policía a Catalunya? Para defendernos... ¿de quién? ¿de qué?
¿Porqué no se puede sobrevolar el cielo de Barcelona durante el día de hoy? ¿de qué o de quién hemos de tener miedo?
Señor Rajoy. Desde el máximo respeto, aunque me cueste un esfuerzo, ¿podría decirme de qué va lo suyo?
No entiendo. No entiendo nada. Esto es surrealista. Totalmente surrealista.
No me gusta. Nada.
Quiero decir que dentro de unas horas iré a ejercer mi derecho al voto. Creo que es mi derecho.Tengo 65 años y he vivido muchos sin poderlo hacer. Y sé lo que ha costado conseguirlo.
Iré a votar. Y... ¿sabe qué? que usted me ha ayudado a decidir la dirección de mi voto.
Gracias por ayudarme a tomar la decisión. Porque, pueda votar o no (todo depende de usted y "los suyos"), tengo muy claro lo que no quiero.
Que tengamos suerte. Que aquí decimos "que tinguem sort".
Y, permítame, con todo el respeto, que tengo una duda sobre ustedes. Traducida al castellano es pensar si ustedes "se han bebido el entendimiento".
Vicky Manzano