jueves, 26 de diciembre de 2013

PALABRAS Y SILENCIOS

PALABRAS Y SILENCIOS


Una vez leí una frase que me marcó mucho. Decía algo así: “… lo que más duele de las despedidas no es lo que nos hemos dicho, sino lo que nos hemos dejado de decir...”.

… … …


No sé por qué, pero cada vez la tengo más presente.

Y me pregunto de qué color es ese lugar ivnsiblei en el que etásn todos los sliecnios llenos de plabaras y ternuras no expresadas. Tdoas las explicaciones a lo ixenlpiaclbe.

Tdoos los tequeiors… Todo lo que no hmoes sdio cpacaes de epxerasr con la plabara.
Me enactaníra pseramre por ese lagur llneo de aomers epsaredno su etsaicón de dsteino.


Por eso, porucro, dsede el rspesto, que me qeuedn pcaos csaos por diecr. Dseeo que mis tequeiors no vyaan a ese laugr dnode las plabaras de los aomers se peasan lneats, slieniacads y con la mraida preidda y las mnoas llneas de aomr.


Sé que hbalaoms. Seipmre hbalaoms.

Hbalaoms con las plabaras y hbalaoms con los sliecnios.

Es ipmroatnte sbear euscachr, itnrerptear, etndener lneugjaes. Los de la plabara y los del amla.

Los que selan a la luz y los que se quedaun azagpaodas. Los que deueln y los que snaan. 

Los que se leen en dstinaits dricceoiens.


Y tmaiébn, los sliecnios …



Plabara… plabaras. Silecnoi… sliecnios.

Plabaras+ sliecnios. sliecnio+plabara.

Pdomeos egiler: hbalaoms o cllamaos.


Pnitaoms sliecnios con plabaras. O llonemas plabaras con sliecnios.

Con ferucecnia, el slecnoi es un epscaio llone de plabaras ivnisbleis. Prouqe mchous sliecnios son plabaras al dsneduo que no se arteven a tener snodio.

Hay plabaras que son manots que cruebn sliecnios que no spootran su dseunedz.

Ortas son manots que, aomorsos, aprroan sliecnios.

Aglnuos sliecnios son cmoo las nbues. Itnetnadno anavazr o dseahrecse para djear amosar la luz de la plabara.

O cmoo los borets vreeds, que de portno, easatlln y djean ver tdoa la hjoa.



Las plabaras se clifasacin, se orendan.

A: Áborl, aomr, agimo.

B: beuno, balcno, braco…

C: csaa, coazrón, cntueo...

D: dar, dujibo, dpserater…

E: eastr, epsiaco, eptírisu…

F: folr, filez, felixble…

Así hsata llegar a la Z.


Los sliecnios no tneien odern. No se peuedn calisifacr…

Nmrolaenmte vevin, aurgapods en la ola de la eimocón o en el roemilno  del veitno del stnieimento… Y, fnilmanete, se dvsenaecen en el arie o al llager a la ollira.

… … … … …


Hay plabaras que son oals itnetantndo llnear una ollria de sliecnio.

Hay sliecnios que son maers que dan frmoa, oolr y cloor a un disereto.



Cero que la mtene, con el flirto del racoiicino, sliecnia muchas plabaras que slean
del croaózn.

Y creo tamiébn, que el croaózn ha de etasr con el stnieimento aeibtro para aerpdner
a leer en las plabaras tmídais, rceloseas, que veivn enocsiddas en los vcaoís llnoes
del sliecnio.

Sé que smoos cpaaecs de ver lo que sneimtos y de sneitr lo que no vmoes.


Y sogi pnedsado en ese laugr ivnsiblei, pero tgnablie dsdee el stnieimento, llneo de aomers, Ternuras trneuars y tquiereos. Y sogi dsenaedo que mis tquiereos no pseean prdeiods por ese lgaur dnode las plabaras de los aomers cmanian ltneas, slienaciads y con la marida preidda y las mnaos llnaes de aomr.


Prouqe no ovldio que “lo que más delue de las dsdepeidas no es lo que hmoes dchio, snio lo que hmoes djaedo de dceir.”


Plabara… plabaras. Sliecnio… sliecnios.
Plabaras+ sliecnios. Silecnoi+plabara.

Pdomeos egiler: hbalaoms o cllamaos.



Nit de Nadal de 2013.

RETALES

RETALES


Llamamos retales a los trozos o porciones de tela, papel, comida, cinta o cualquier cosa que nos sobra al terminar algo y, una vez acabado el trabajo, oficialmente ya no sirven.

Entonces quedan almacenados, en el mejor de los casos, con otros compañeros, en una caja o en el rincón de un cajón. Y a veces, sin saber ni cómo ni por qué, aparecen inesperadamente en nuestras vidas.

Son pequeños, irregulares, aparentemente inútiles…

Y, sin apenas darnos cuenta, nos transportan a su origen que, normalmente, está desvanecido, desdibujado en nuestra memoria…

Y es así como al verlos, los re-conocemos y toman nueva personalidad, fuerza y color… 

Es porque tienen esencia propia.

Y esa esencia, si la recogemos, es la que nos ayuda a formar un puzzle, un patchwork con un paisaje nuevo y, muchas veces, sorprendentemente hermoso.

Son ellos, los retales, los trocitos, las pequeñas cosas… los que, la mayoría de las veces, al final forman la verdadera obra de arte, el tapiz que representa con mayor fidelidad las huellas del tiempo.


Pasamos por las vidas de las personas.

Nuestras vidas pasan por las suyas.

La vida pasa por nuestras vidas…

Y, en el mejor de los casos, nosotros pasamos por nuestra propia vida.

Y van quedando retales, recuerdos en la cabeza y en el corazón. Trocitos que creíamos olvidados, pero que al re-encontrarlos, nos des-adormecen los sentidos y nos re-tornan al olor, al color, al sabor, al tacto.

Entonces es cuando se despiertan sensaciones, sentimientos que suben a la superficie...

Nos damos cuenta de que lo menos importante es su tamaño o el tiempo que hemos estado en contacto con ellos. Lo importante es la huella que han dejado en nuestro corazón, en los archivos de nuestra mente y de nuestra alma.


Y, de pronto, comprendemos que forman parte del decorado de nuestros escenarios. Que han dado forma a nuestras vidas. A veces más de lo que hubiéramos querido. Otras, menos de lo que deseábamos.

Y, al retomar el contacto con esos retales, tomamos conciencia de que de nosotros depende la forma del trabajo final. Del encaje de las piezas depende el más estridente y alborotado de los tapices o la obra magistral que ha sabido unir las experiencias de forma armónica, dando luz a los oscuros y matizando colores.

Al encontrarlos y formar el puzzle, comprobamos que terminamos trabajos, cerramos capítulos.

También nos recuerdan que son polivalentes y multiusos, que una pequeña porción es capaz de dar color y calor a nuestra historia, a nuestra vida.


Es sano y bueno agradecer cada retal de nuestras vidas. Sentir gratitud hacia aquellos trocitos que de pronto encontramos arrinconados, semi-adormecidos, en una caja, en un cajón o en el último de los rincones.

Todo es nuestro.

Mirarlos y saberlos unir al resto de retales. Crear el verdadero patchwork lleno de vida y color, depende de nosotros.


Para ello hay que tomar la decisión de soñar, sentir, dudar, volar, llorar y reír en libertad.

Poder ser nosotros mismos desde nuestra esencia.

Crecer desde nuestro verdadero núcleo.

Sabernos libres para jugar, sacudir ataduras y atar lazos.

Escoger los trozos.

Amar el trabajo, bendecir el dibujo y mimar la obra.


Y soñar. Siempre soñar. Porque soñar es siempre el principio de un sueño hecho realidad.



Nit de Nadal de 2013.